Pascuero llegó al archipiélago de Puerto Gala en 1984, remando desde la isla de pascua hasta el litoral de Aysén. Como buen pescador en un solo bote se trajo la vida y la familia al hombro en búsqueda de la mejor de las campañas de pesca; La oportunidad de empezar de nuevo junto a su esposa e hijas.
Treinta años pasaron desde esas primeras noches a mar abierto, las carpas de plástico se transformaron en planchas de zinc, Las fogatas en cocinas de salamandra, las campañas en caletas, los senderos en pasarelas de madera y cuatro islas en una sola localidad, Puerto Gala.
Hoy, por primera vez la localidad se enfrenta a su mortalidad, Puerto Gala envejeció más de lo que los mortales pueden y llega la hora de transformar lo que era vida en historia. Sin embargo, debido a la geografía del archipiélago, capítulos importantes de la comunidad como Pascuero yacen en Coyhaique. Para dar lugar a sus historias, el proyecto propone un cementerio en el maritorio reinterpretando el rito fúnebre en cinco etapas; (I) El Cortejo fúnebre dibujado sobre el mar del archipiélago (II) El funeral al ingreso del cementerio (III) La inhumación en nichos verticales de hormigón elevados por naves de madera sobre mar (IV) El Testimonio de la existencia y partida de un ser querido y (V) El Reencuentro
En un campo de botes sobre el mar donde la panga pesquera, testigo omnipresente de la historia de Puerto Gala, es protagonista.
La arquitectura de este proyecto no es más que el dibujo del rito fúnebre chileno sobre el mar interior de de Puerto gala y los elementos de arquitectura que constituyen a este proyecto son solo un envoltorio de confort y logística que sirve de soporte para su celebración.
CNPT 2021 – Proyecto ganador