El proyecto se desarrolla principalmente a nivel subterráneo mediante una extracción del terreno, generando dos niveles: en el superior, una plaza que conecta las calles Rawson y Patria vieja, y en el inferior, un balneario. A este se desciende a través de una gran rampa que bordea el sitio, llegando a un lugar oscuro y silencioso, el cual alberga los camarines. Tras pasar este sector se abre paso a un gran espacio, donde diversos programas y situaciones se desarrollan alrededor de 4 piscinas; personas bañándose, descansando en la sombra, relajándose en los saunas, y el constante ruido del agua cayendo.
Un muro continuo de hormigón envuelve las piscinas curvándose en diferentes sentidos, generando espacios que varían respecto a grados de temperatura e iluminación. Esta forma sinuosa, con la cual están construidos los recintos, hace alusión a que fue el movimiento del agua quien dio forma a estas cavernas mediante erosión.
El agua se encuentra en constante flujo y ruido. A través de la inundación de las piscinas a distintos niveles el agua recorre el proyecto, ya sea mediante grandes cascadas que comienzan a nivel plaza y desembocan en las piscinas exteriores, o mediante caídas de agua más pequeñas en el interior.
Se utilizó hormigón, ya que este permite generar una sensación de masa, un ambiente monocromo y silencioso de grandes contrastes de luz-sombra, un tema también relevante, ya que tanto la iluminación como la temperatura de los variados programas se encuentran estrechamente relacionados, haciendo a alusión un viaje al centro de la tierra. A medida que descendemos, adentrándonos cada vez más a las zonas oscuras, la temperatura de los programas va cambiando, las piscinas son cada vez más calientes, y llegan a existir lugares prácticamente oscuros y de mayor temperatura, como serían los baños de vapor y saunas.
CNPP 2018 – Mención 2do año