En un terreno de 320 hectáreas, destinadas a la producción láctea, se engrana un sistema de galpones que permite desarrollar un centro de formación técnica enfocado en el desarrollo de quesos y productos lácteos, capaces de acompañar la calidad de la producción nacional de vino. El aparato productivo ya existe, por lo que se proyectan espacios donde impartir clases, talleres, experimentación bioquímica y banquetes.
Se intervienen dos galpones de madera que datan de comienzos del S. XX, deteriorados y parcialmente abandonados. Se identifica el sistema constructivo de la estructura de madera, el carácter isotrópico de la misma y las amplias plantas que esta posibilita como principales cualidades de la preexistencia a aprovechar y preservar.
Se remueven todas las particiones internas y cerramientos de zinc de los galpones preexistentes, liberando su estructura y reforzándola con un nuevo manto de acero laminado en caliente que libera una gran planta pública, al tiempo que construye un ambiente caracterizado por el ruido de la lluvia y el contraste entre el opaco brillo de la nueva cubierta, y los rugosos elementos de madera preexistentes.
Bajo el nuevo manto, y entre la atiborrada estructura, se instalan pequeños y simples cuerpos autónomos que construyen interiores y definen espacios exteriores que explicitan la planta libre que se constituye tras vaciar el interior del edificio original.
Se produce una ruptura explícita entre la preexistencia congelada y la intervención fragmentaria y elusiva. En términos de Walter Benjamin, el contraste volúmenes técnicos insertados y la vieja estructura devela un escombro de la historia que normalmente no llegaríamos a conocer. La construcción libre del espacio teatral interior corresponde a una operación totalmente autónoma.
Se trata de un lugar de vocación pública, donde se construye un nuevo producto cultural que permite el empoderamiento de los habitantes de la zona a través del control de sus medios de producción.
CNPP 2018 – Mención 4to y 5to año